Llegamos ya de noche a la entrada del parque nacional South Luangwa, después de más de media hora recorriendo caminos. Tras pagar la entrada al parque nacional por los dias que vamos a estar dentro, nada menos que 6, recorremos otros 45 minutos dentro del parque hasta llegar hasta nuestro alojamiento: Safari Explorers Camp de Ramón Bustamante.
El campamento está situado en el borde del río Luagnwa en el valle al que da su nombre, estamos en Zambia y es uno de los mejores lugares para ver ciertas especies de animales salvajes como el Leopardo o los perros salvajes.
El campamento está literalmente pegado al río, que se encuentra pocos metros por debajo de las cabañas. El cauce del río es enorme y mide casi 350 metros de ancho en la zona en la que nos encontramos.
En la época que hemos estado nosotros (agosto) tenía bastante agua y se veía mucha actividad, aunque bien es cierto que se veía cómo bajaba su nivel día a día.
El campamento consta de cabañas para aproximadamente unas 10 personas y una zona común donde se realizan las comidas, charlas y cervezas post-safari, todo ello sin ningún tipo de vallado protector, lo que lo hace especial.
En nuestro caso teníamos todo incluido, lo único que se paga aparte son las bebidas alcoholicas al dejar el campamento.
La zona común tiene una barra de bar, mesa y sofás, todo ello con vistas al río. Aquí es donde cada mañana desayunamos y luego tenemos la comida y cena.
Sobre las comidas decir que quedamos gratamente sorprendidos, cada día los platos eran completamente diferente y de muy buena calidad, un gustazo enorme comer con Ramón y el resto de visitantes del parque comentando las historias del día.
Las cabañas son para dos personas, construidas de madera con techo de paja, cama con mosquitera y baño anexo. Se encuentran abiertas al cielo en la zona de baño-ducha, algo que nos encantó porque puedes ducharte mirando las estrellas y escuchar todos los sonidos de la naturaleza en dolby real. Impresionante acostarte y oir de fondo elefantes, hipopótamos, leones, hienas, perros salvajes, etc, etc...
Puesto que las cabañas están separadas entre sí, aproximadamente unos 20 metros, NO resulta recomendable acercarse a la zona común una vez caída la noche (18h en agosto), por ello el campamento cuenta con varios vigilantes que siempre se encuentran patrullando la zona y con quienes se contacta para que te acompañen, son pocos metros, pero toda precaución es poca.
Así, cada mañana un miembro del staff nos despierta tocando la puerta de nuestra cabaña sobre las 5.30 con el clásico "Breakfast is reaaadyyyyy" para acompañarnos a la zona común.
Una actividad interesante que realizamos al salir del alojamiento fue visitar la tienda de artesanía que está situada bastante cerca de la salida del parque. Ramón nos había hablado de ella, al preguntarle por la decoración de las cabañas, y nos quedamos muy sorprendidos al visitarla, esperábamos un almacén lleno de cosas y nada más lejos de la realidad.
Allí había diferentes zonas que nos fueron explicando, en una especie de tour guiado, dónde marcaban el textil, como lo pintaban a mano y porteriormente lo fijaban, el proceso para que seguían para elaborar los textiles que confeccionaban, etc.
Nos impresionaron los artículos y el lugar, desde luego nos parece un acierto incluirlo como parte de la visita al Safari explorers camp, no es barato pero trabajan con comunidades locales y hacen todo de forma manual.
Se llaman Tribal Textiles, su página web: https://www.tribaltextiles.co.zm/