Tras ver un bonito amanecer en las piscinas de la Fajana, desayunamos tranquilamente y partimos hacia la localidad de Los Sauces, donde hemos visto que hay una tienda de deportes y queremos aprovechar para comprar el bikini que faltaba de la maleta antes de bajar al charco azul.

La bajada al charco azul está rodeada de plantaciones plataneras, así que más que a bañarte, parece que vas a recoger plátanos. El charco azul es bastante similar a zona de piscinas de la Fajana, pero con más infraestructura hotelera alrededor, por lo que está muy lleno y no nos resulta tan atractivo como cabía esperar, pero aun así tiene su curiosidad y merece la pena la visita.

Su acceso es gratuito, aunque hay que pagar por las duchas de agua dulce.

El charco azul o verde siempre lleno de gente

A continuación arrancamos hacia al Roque de los Muchachos por la vertiente de Santa Cruz, una pedazo de puerto de montaña lleno de curvas y plantas invadiendo la, ya de por sí, estrecha carretera.

Un alto en el camino subiendo al Roque para comer

Bastante espacio para comer en el interior en la camper

Mmmm, multiensalada con pesto

Se nos hace tan larga la subida que paramos a comer en la Fuente Olén, pozo seco que al parece se utilzaba como nevero y al que no te podía acercar demasiado, aunque como parada para comer estuvo genial.

Mar de nubes siempre en La Palma

Mar de nubes entre los pinos

Menudas paradas subiendo al Roque con el Teide al fondo

Pues este se dejaba acercar mucho

A partir de ahí ya empezamos a superar la altura de las nubes y a pasar por puntos con vistas espectaculares, en los que vamos parando hasta llegar a la zona de observatorios del Roque de los Muchachos. Allí hacemos la pequeña ruta señalizada, desde la que ves toda la caldera de Taburiente y donde se ponen los pelos de punta al ver la caída vertical que hay a ambos lados del recorrido.

Varios observatorios sobre las nubes en el Roque de los Muchachos

Caldera de Taburiente con el sur de La Palma al fondo desde el Roque

Vista de la Caldera de Taburiente desde el mirador de los Andenes

Esta noche decidimos quedarnos en el ES-PEC-TA-CU-LAR mirador de los andenes, con vistas a dos barrancos y donde podemos ver las estrellas y la vía láctea en todo su esplendor.