Los Gorilas

Parque e los volcanes, a la busca de gorilas en RuandaPor fin llegamos a Ruanda, despues de hacer la correspondiente cola en la aduana siempre evitando que se nos colara algún local, puesto que lo intentaban constantemente... cambiamos algo de dinero y nos alojamos en el mismo hotel que Dian Fossey lo hacía en sus primeros viajes para estudiar gorilas.
Alli estaba su habitación con la historia de su vida. En la ciudad visitamos tambien su museo, donde entre otras muchas cosas personales esta su libro de anotaciones. Emociona imaginársela escribiéndolo mientras está entre gorilas, sus primeras anotaciones muy técnicas pasan poco a poco a ser más emocionales.

Y por fin llega el momento que todos estábamos esperando, el trekking rumbo a los gorilas. Nos organizan en grupos de 8 para visitar cada familia y tenemos la gran suerte de que nos toca Susa, la misma familia que estudiaba Dian. El guía Enmanuel que nos da las pautas de la visita es muy divertido, así nos montamos en el coche rumbo a nuestro trecking realmente emocionados.

Después de más de una hora de viaje en 4x4 por caminos imposibles y a través de pueblos llenos de niños y gente trabajando los campos llegamos a la base del volcán donde se encuentra nuestra familia.

Después de contratar un portador por pareja, principalmente para ayudar a la comunidad local (que luego nos vino muy bien, por cierto) empezamos la ascensión.

Subiendo a ver gorilas en 360 grados
Entramos por un bosque de bambú enorme que nada tiene que envidiar a los que vimos en Japón, más adelante la vegetación cambió a bosque tropical con arboles altisimos para posteriormente llevar a una zona de vegetacion más baja con abundantes ortigas, helechos, lo que luego supimos que era apio salvaje... en fin, la comida preferida de los gorilas y ahi estaban ellos almorzando tranquilamente, después de unas tres horas de caminata.
Dejando las mochilas para ver los gorilas, ya estan cerca
Antes de acercarnos a ellos dejamos las mochilas (para que no olieran comida), los palos (que nos ayudaron bastante a subir) y ya nos mentalizados para verlos cara a cara. Mientras el guía y los oteadores hacen ruidos y gestos pidiendo permiso para visitar la manada nosotros comenzados a ver poco a poco los gorilas.

Viendo gorilas en 360 grados

La emoción que se siente no os la puedo explicar, es algo muy personal. Para mi fue un gran privilegio vivir la experiencia de acompañar una hora a los gorila de montaña, no sólo porque queden sólo 800 en el mundo, sino porque es precioso verlos interactuar entre ellos y con nosotros, su comunicacion con los guías, su curiosidad por nosotros y la cantidad de monerias que nos dedicaron las crías, dando volteretas y jugando entre ellos.

Qué rápido se pasa 1 hora con gorilasEspectacular ver los gorilas en los volcanesLos gorilas de montaña son espectacularesSe hace muy corta la hora viendo gorilas de montaña en RwandaSe ponen los pelos de punta viendo los gorilas de montaña
El tiempo se nos pasó volando y la bajada con la ilusión mucho más llevaderá... aunque con los resbaladizo que estaba el barro había que tener mucho cuidado.
Espectacular tener un espalda plateada delanteA veces los gorilas tienen más de humanos que los humanos
Encantados con la experiencia volvimos al hotel, donde nos esperaban unas danzas y acrobacias de grupos locales de adolescentes que fueron niños de la calle y realizar estad actividades les está ayudando a salir adelante.

Antes de despedirnos del parque nacional de los volcanes al día siguiente, contratamos una excursión para subir a la cima del volcán Bisoke, a 3700m de altitud, una subida sin tregua por un paisaje precioso y lleno de vegetacion hasta su crater convertido en lago.

Subiendo al volcán bisoke en el desvío de la tumba de Dian FosseyDura subida al volcán del Bisoke en Rwanda
La subida de hace larga, pero la intensa vegetación y la agradable compañía lo hace más llevadero, aunque en esta ocasión el guía no fue una ayuda.
En todo el viaje nunca habíamos tenido un guía tan desconsiderado e incompetente.
Al acabar el treking nos dirigimos al lago Kiwu, penúltima parada de nuestro viaje antes de ir a Kigali y regresar a España.
Llegamos al anochecer y contemplamos una impresionante puesta de sol a orillas de un lago que de tan grande parece el mar. Es un lago sulfuroso que por desgracia tiene en su interior algo más que gas, dicen que en el descansan gran cantidad de víctimas del genocidio.
Esa noche pudimos descansar nuestro cansancio por la dura ruta de la mañana en la mullida cama de un comodisimo hotel con vistas al lago.