Primer día en el camión, que inauguramos con 5 horas de camino hasta nuestro primer destino en el desierto del Namib, el parque de Sossusvlei.
Nos recibe una tormenta de arena inesperada, pero eso no impide que realicemos la actividad que teníamos planeada un vuelo en avioneta sobre el mar de dunas del desierto.
Aunque nos toca el peor turno no por ello disfrutamos menos la experiencia.
Dunas de arena roja entre los restos blanquecinos de lagunas muertas hace más de 600 años y los misterios círculos de hadas, llamados así porque algún fenómeno inexplicable (hasta el momento) impide crecer vegetación en ellos.
Aunque después de la idílica tarde nos esperaba una noche muy desasosegada ya que la tormenta de arena aumentó durante la noche y parecía que en cualquier momento nos volcaría la tienda.
Gran madrugada para ir a ver amanecer a la duna 45, llamada así por estar a 45 km de Sesriem (puerta del parque).
Es una de las más accesibles desde la carretera y tiene unos 150 m de altura.
Costó subirla con sólo un café en el cuerpo, pero sin duda mereció la pena.
Al bajar nos esperaba un desayuno que nos supo a gloria.