En el hotel nos ofrecen un buffet de desayuno, pero como todavía nos quedaba por ver el casco viejo de Sintra, decidimos irnos allí para tomar el café y de paso verlo.
Damos un paseo por el pequeño casco viejo de Sintra con calma y tras ello nos vamos a otro punto que hemos encontrado interesante muy cerca del Cabo da Roca, la playa da Ursa.
Dejamos el coche al principio de un camino que va hasta la playa y nos indican que desde allí hay unos 45 minutos hasta la playa, pese a estar chispeando y con nubes de tormenta en el horizonte, decidimos bajar por un caminito entre los acantilados hasta llegar a este mágico lugar, donde el ruido de las olas es ensordecedor y los peñascos te hacen parecer enano.
LLegando a la playa empieza a llover y decidimos resguardarnos bajo una roca hasta que pase, disfrutando tranquilamente del paisaje. El agua pasa rápido, así que aprovechamos para dar un paseo por la playa.
Como ya es la hora de comer, buscamos un sitio cerca de allí y encontramos Casa Luis, donde por 25 EUR nos damos un homenaje en toda regla, dorada fresca a la brasa con varios entrantes, postres, etc... Además nos tratan muy bien, el dueño que nos explica los platos y cuando llega nuetra dorada, nos sirve el pescado, quitando con mucha maña las espinas. Resumiendo, si pasáis por allí merece la pena conocer este restaurante.
Nuestro siguiente objetivo es costear por la orilla de los acantilados. Pasamos entre dunas, faros, hasta llegar al conocido agujero del infierno en Cascais y acabar paseando por el puerto de la ciudad hasta que anochece, para volver al coche y seguir camino hasta Estoril, donde hemos reservado el hotel.
Como no podía ser de otra forma, antes de irnos a la cama nos damos una vuelta por el famoso y gigantesco casino de Estoril.