Suena el despertador y mientras estamos pensando qué hora es.... hace la cama "cataplón", levantamos el colchón y vemos el somier roto por el lado de los pies!!!
Con tanta incidencia alguno igual se piensa que hemos alquilado el cuchitril de Joe, pero cualquiera puede ver en las fotos que la apariencia es de lugar elegante...
Tras el pequeño susto hacemos las maletas para salir, ya que hoy tenemos el avión de vuelta a última hora y van a viajar todo el día en el maletero del coche.
El destino inicial es Sa Calobra, el maps nos sugiere dos rutas, una por Sóller y otra entrando por otra zona que implica más autopista y luego carretera de montaña, ambas opciones incluyen un buen tramo de montaña, pero ante la posibilidad de hacer un recorrido circular y no repetir, decidimos ir por el lado este y volver por Sóller.
Al final resulta ser todo un acierto, ya que el camino hasta la famosa cala discurre por la Sierra de Tramontana con un paisaje espectacular, carretera de montaña con muchos ciclistas y senderistas.
Eso sí, recomendable biodramina con cafeína para no dormirse.
Una vez llegamos al destino hay un pequeño paseo por el borde del mar y sobre las rocas, con túnel incluido, hasta llegar a la desembocadura del Torrent de Pareis.
Como se nos hace un poco tarde pensamos que esperar a comer en Sóller era demasiado y nos metemos en un chiringuito (el único abierto en invierno), donde comemos bastante bien y no excesivamente caro.
Una vez repuestos deshacemos unos km de camino hasta el desvío de Sóller, recorrido con mejor carretera y con muchas menos curvas.
En Sóller paseamos por el centro y vemos el famoso tranvía de madera que lleva al puerto y el tren también de madera que llega hasta Palma.
Como ya se acerca la hora de entrega de nuestro coche de alquiler y posterior vuelta, hacemos las últimas fotos al atardecer y partimos camino del aeropuerto, con un buen sabor de boca por 4 días que han sabido a poco y con muchísimas zonas que descubrir en una isla más grande de lo que se puede pensar.